An "artificial" witch
Página 1 de 1.
An "artificial" witch
Nombre: Anneth.
Apellido: Sorensen.
Edad: 16 años.
Nacionalidad: Noruega.
Empleo: Estudiante.
Raza: Mago.
Sexo: Femenino.
Tendencia sexual: Pansexual.
Información Física:
Anneth tiene el cabello rojo, largo, la longitud de éste es hacia sus muslos, más o menos a la mitad de éstos. Sobre su cabeza siempre está puesto un gorro de copa alta del que cuelga una pequeña gema escarlata. Su flequillo está levemente escalado haciendo una pequeña "v". Sus ojos son bicolores, el diestro celeste hielo y el siniestro rubí, bastante grandes, propios de una joven tan vívida, aunque tiene tendencia a entrecerrarlos la gran mayoría del tiempo. Su cuerpo es delgado, incluyendo sus pechos, no llega a la categoría de "tabla" pero no goza de la voluminidad que desearía. Tiene unas piernas también delgadas y finas, el único atractivo que otras chicas han envidiado, aunque, no es muy alta, mide 1'65m. Por último su vestimenta ha variado a lo largo del tiempo, pero, lo que usa, no suele ser típico o moderno, se ha quedado en el estilo contemporaneo, mezclando con algunos atuendos steampunk.
Información Psicológica:
Anneth es una chica bien ruda y testaruda. Siempre quiere tener ella la razón, no soporta que los demás la tengan, es algo que le supera. Se enoja con muchísima facilidad, sobretodo si le están mucho encima y si la obligan a hacer algo que no quiere, tiene demasiado mal humor. Aunque como todos, tiene un lado dulce y amable, el cual solo sale con la gente que conoce un poco y les cae bien, y, sobretodo, con quien le agrada o, si más no, su pareja. También es una chica un tanto salvaje, a la que se altere un poco ya dice palabras mal sonantes, provocando también una fuerte agresividad por su parte, algo que hará que más de uno se lleve o un puñetazo o una patada, o lo que ella crea conveniente, o según su impulso en ésa ocasión. De vez en cuando le entran momentos de bajón, por los cuales, necesita un poco de soledad, para pensar en quién sabe qué, ya que si no, se comporta de manera fría y algo distante. En general, es una chica un tanto prepotente y bastante ajena con la gente, realmente no suele tener amigos, aunque ella cree que eso no merece importancia y que hay prioridades de las que preocuparse que por mantener una amistad que, al fin y al cabo, con el paso del tiempo, quieras o no, se acabará perdiendo. También tiene una personalidad algo infantil, haciendo ciertos gestos que la hacen ser como una niña pequeña, después de todo todavía no ha llegado a madurar, puede que en algunas situaciones parezca que sí, pero por lo general, en cuanto a comportamiento puede llegar a parecer una cría.
Gustos:
- Escuchar música.
- Los días soleados.
- Molestar a los demás.
- Cascabeles.
- La arquitectónica.
- Color marrón y rojo.
- Dormir.
- Comer.
Odios:
- Las mentiras.
- Que le lleven la contraria.
- La noche / oscuridad.
- Los magos.
- Las arañas {Cuando se topa con una se vuelve como una niña pequeña}.
Información Histórica:
Sin tener mucho en cuenta que su madre murió en el parto al dar a luz a la encantadora Anneth Sorensen, todo sería perfecto en su vida, hasta cierto punto... Solo hasta cierto punto. Tal pareció ser que con el paso de los años, su padre se volvió loco perdido, éste era un gran científico, muy conocido en Noruega por sus investigaciones que rayaban la realidad y la ficción, pero... Debido al fallecimiento de su mujer, quedó viudo y con un bebé a su cargo, al principio todo iba bien, hasta que él comenzó a ver a su difunta esposa por todos lados, pero más aún en el rostro de su hija, la cual sí, se parecía a su madre, pero no era tan exagerado como él lo hacía ver.
Como bien mencioné, su padre se había vuelto loco... Su próxima idea era hacer de Anneth una chica con salud, en cierto modo, quería que fuera inmortal, no quería que tuviera que sufrir al igual que su difunta esposa, por culpa de estar tan débil de salud, la cual cosa era más que posible que pasara de generación en generación, por lo que de manera veloz llegaría a su estimada y querida hija, algo que no podía permitir. Se pasó varios días en el laboratorio, dejando sola a la pequeña en casa. Probó con muestras de varios cristales, pero sobretodo del rubí. Estaba de la cabeza, no sabía lo que hacía, al pobre hombre le faltaba cordura, salud mental y un tornillo, el cual seguro que le cayó por el laboratorio y ni cuenta se dio.
Pasaron quince años desde que el hombre comenzó con su “investigación”, hasta que, un día como cualquier otro, ella se encontraba descansando en su habitación y de repente, apareció en un cama blanca, en un cuarto de dicho color, encerrada, sin salida... Le entró el pánico, hasta que vio a su padre, se quedó un poco más tranquila ante éso aunque no estaba del todo segura si debía estarlo.
- ¿Qué hago aquí, padre...? -Le preguntó con algo de miedo, sí, tenía miedo, no sabía porque la había llevado hasta ahí repentinamente, a lo que éste, solo negó con la cabeza, sin responder a su pregunta, éso hizo que el temor aumentara.
Sintió algo en su vista, una gran incomodidad. Cuando alcanzó a ver su reflejo en uno de los aparatos metálicos tal fue su sorpresa que no supo como reaccionar, quería salir corriendo pero no podía moverse de allí. Su padre se acercó a ella y le tomó suavemente el brazo derecho, girando un poco ésta para poder ver sus ojos. Sonrió de medio labio, malicioso, y sin remordimiento algo le inyectó, un extraño líquido en el brazo cual provocó que quedara dormida. La tomó suavemente entre sus brazos y la volvió a tumbar en la cama, le besó la frente y se fue de la sala, por algún sitio.
Al cabo de dos meses Anneth despertó. Se sentó, dejando colgar sus piernas en el borde de la cama, observando todo el lugar, volteó la cabeza de derecha a izquierda y al revés, por más que miraba, no veía puertas, ventanas, ningún lugar por el que salir. Parecía que estaba encerrada, y aquello le produjo un leve ataque de pánico. Miraba hacia todos lados, desesperada, intentaba aguantar el llanto, aunque algunas lágrimas saltaban des de sus ojos hasta sus mejillas, sin poder evitarlo, las secó con las yemas de los dedos de su mano derecha. Dio un pequeño salto y bajó de la cama, la cual, en el lado derecho de ésta, había una gran máquina, no sabía para qué servía, ladeó la cabeza hacia el lado derecho mientras se la quedaba mirando fijamente. Asintió con el rostro y se acercó a ésta, comenzó a toquetear todo lo que podía y más, hasta que un extraño ruido se escuchó, en el techo se abrió una de los cuadrados y se hizo un lado, genial, al menos podía salir de ahí, pero... No podía llegar al techo así como así, al menos éso pensaba ella, ya que, tal parecía que no se había dado cuenta de sus nuevas habilidades como maga; De modo que siguió tocando para ver si conseguía hacer bajar una escalera o algo que sirviera para ayudarla a subir.
Al no ver absolutamente nada, sí, había apagado aquellos halógenos de la sala. Lo bueno que tenía es que sus memoria era estupenda, y se colocó justo debajo y saltó, para su sorpresa consiguió agarrarse con las manos y no caer, hizo una gran fuerza para poder subir. Una vez todo su cuerpo arriba y donde poder apoyarse, suspiró aliviada y comenzó a gatear por ahí. A los pocos segundos, decidió sacar otro cuadrado y bajar. Así hizo, llegando al salón de su casa, una gran alegría recorrió su cuerpo, no se entretuvo ni siquiera a buscar a su padre, cogió todo el dinero que encontró, una gran fortuna, y se fue de casa corriendo con éso y una gran cantidad de ropa en una maleta. Siguió en la misma ciudad, pero éso sí, en la otra punta de ésta, no quería toparse con su padre aunque, éso le iba a ser muy fácil, ya que, al poco tiempo, llegaron a sus oídos que aquel hombre se había suicidado, supuestamente, por lo que le hizo a su hija, convertirla en una maga "artificial", capaz de (hasta lo que Anneth sabía) controlar los cristales.
Por supuesto que Anneth no tenía ni idea de la magnitud de su poder ni de como controlarlo. Necesitaba acesoría urgente que creyó conseguir tras platicar con algunas ancianas del pueblo, cuales se refirieron a una academia mágica como un mito de novela. No supo sí sería cierto o no ¿pero perdía algo con intentar?. Anneth se dirigió a Inglaterra, viajando de polizona para poder encontrar ese sitio llamado Harfagreaetta y cuando corroboró que era cierto, hizo hasta lo imposible para acceder. Actualmente reside allí, como alumna de primer grado.
Objetos personales:
El cascabel que suele llevar en su mano izquierda.
Imágenes:
Información del físico:
Original.
Apellido: Sorensen.
Edad: 16 años.
Nacionalidad: Noruega.
Empleo: Estudiante.
Raza: Mago.
Sexo: Femenino.
Tendencia sexual: Pansexual.
Información Física:
Anneth tiene el cabello rojo, largo, la longitud de éste es hacia sus muslos, más o menos a la mitad de éstos. Sobre su cabeza siempre está puesto un gorro de copa alta del que cuelga una pequeña gema escarlata. Su flequillo está levemente escalado haciendo una pequeña "v". Sus ojos son bicolores, el diestro celeste hielo y el siniestro rubí, bastante grandes, propios de una joven tan vívida, aunque tiene tendencia a entrecerrarlos la gran mayoría del tiempo. Su cuerpo es delgado, incluyendo sus pechos, no llega a la categoría de "tabla" pero no goza de la voluminidad que desearía. Tiene unas piernas también delgadas y finas, el único atractivo que otras chicas han envidiado, aunque, no es muy alta, mide 1'65m. Por último su vestimenta ha variado a lo largo del tiempo, pero, lo que usa, no suele ser típico o moderno, se ha quedado en el estilo contemporaneo, mezclando con algunos atuendos steampunk.
Información Psicológica:
Anneth es una chica bien ruda y testaruda. Siempre quiere tener ella la razón, no soporta que los demás la tengan, es algo que le supera. Se enoja con muchísima facilidad, sobretodo si le están mucho encima y si la obligan a hacer algo que no quiere, tiene demasiado mal humor. Aunque como todos, tiene un lado dulce y amable, el cual solo sale con la gente que conoce un poco y les cae bien, y, sobretodo, con quien le agrada o, si más no, su pareja. También es una chica un tanto salvaje, a la que se altere un poco ya dice palabras mal sonantes, provocando también una fuerte agresividad por su parte, algo que hará que más de uno se lleve o un puñetazo o una patada, o lo que ella crea conveniente, o según su impulso en ésa ocasión. De vez en cuando le entran momentos de bajón, por los cuales, necesita un poco de soledad, para pensar en quién sabe qué, ya que si no, se comporta de manera fría y algo distante. En general, es una chica un tanto prepotente y bastante ajena con la gente, realmente no suele tener amigos, aunque ella cree que eso no merece importancia y que hay prioridades de las que preocuparse que por mantener una amistad que, al fin y al cabo, con el paso del tiempo, quieras o no, se acabará perdiendo. También tiene una personalidad algo infantil, haciendo ciertos gestos que la hacen ser como una niña pequeña, después de todo todavía no ha llegado a madurar, puede que en algunas situaciones parezca que sí, pero por lo general, en cuanto a comportamiento puede llegar a parecer una cría.
Gustos:
- Escuchar música.
- Los días soleados.
- Molestar a los demás.
- Cascabeles.
- La arquitectónica.
- Color marrón y rojo.
- Dormir.
- Comer.
Odios:
- Las mentiras.
- Que le lleven la contraria.
- La noche / oscuridad.
- Los magos.
- Las arañas {Cuando se topa con una se vuelve como una niña pequeña}.
Información Histórica:
Sin tener mucho en cuenta que su madre murió en el parto al dar a luz a la encantadora Anneth Sorensen, todo sería perfecto en su vida, hasta cierto punto... Solo hasta cierto punto. Tal pareció ser que con el paso de los años, su padre se volvió loco perdido, éste era un gran científico, muy conocido en Noruega por sus investigaciones que rayaban la realidad y la ficción, pero... Debido al fallecimiento de su mujer, quedó viudo y con un bebé a su cargo, al principio todo iba bien, hasta que él comenzó a ver a su difunta esposa por todos lados, pero más aún en el rostro de su hija, la cual sí, se parecía a su madre, pero no era tan exagerado como él lo hacía ver.
Como bien mencioné, su padre se había vuelto loco... Su próxima idea era hacer de Anneth una chica con salud, en cierto modo, quería que fuera inmortal, no quería que tuviera que sufrir al igual que su difunta esposa, por culpa de estar tan débil de salud, la cual cosa era más que posible que pasara de generación en generación, por lo que de manera veloz llegaría a su estimada y querida hija, algo que no podía permitir. Se pasó varios días en el laboratorio, dejando sola a la pequeña en casa. Probó con muestras de varios cristales, pero sobretodo del rubí. Estaba de la cabeza, no sabía lo que hacía, al pobre hombre le faltaba cordura, salud mental y un tornillo, el cual seguro que le cayó por el laboratorio y ni cuenta se dio.
Pasaron quince años desde que el hombre comenzó con su “investigación”, hasta que, un día como cualquier otro, ella se encontraba descansando en su habitación y de repente, apareció en un cama blanca, en un cuarto de dicho color, encerrada, sin salida... Le entró el pánico, hasta que vio a su padre, se quedó un poco más tranquila ante éso aunque no estaba del todo segura si debía estarlo.
- ¿Qué hago aquí, padre...? -Le preguntó con algo de miedo, sí, tenía miedo, no sabía porque la había llevado hasta ahí repentinamente, a lo que éste, solo negó con la cabeza, sin responder a su pregunta, éso hizo que el temor aumentara.
Sintió algo en su vista, una gran incomodidad. Cuando alcanzó a ver su reflejo en uno de los aparatos metálicos tal fue su sorpresa que no supo como reaccionar, quería salir corriendo pero no podía moverse de allí. Su padre se acercó a ella y le tomó suavemente el brazo derecho, girando un poco ésta para poder ver sus ojos. Sonrió de medio labio, malicioso, y sin remordimiento algo le inyectó, un extraño líquido en el brazo cual provocó que quedara dormida. La tomó suavemente entre sus brazos y la volvió a tumbar en la cama, le besó la frente y se fue de la sala, por algún sitio.
Al cabo de dos meses Anneth despertó. Se sentó, dejando colgar sus piernas en el borde de la cama, observando todo el lugar, volteó la cabeza de derecha a izquierda y al revés, por más que miraba, no veía puertas, ventanas, ningún lugar por el que salir. Parecía que estaba encerrada, y aquello le produjo un leve ataque de pánico. Miraba hacia todos lados, desesperada, intentaba aguantar el llanto, aunque algunas lágrimas saltaban des de sus ojos hasta sus mejillas, sin poder evitarlo, las secó con las yemas de los dedos de su mano derecha. Dio un pequeño salto y bajó de la cama, la cual, en el lado derecho de ésta, había una gran máquina, no sabía para qué servía, ladeó la cabeza hacia el lado derecho mientras se la quedaba mirando fijamente. Asintió con el rostro y se acercó a ésta, comenzó a toquetear todo lo que podía y más, hasta que un extraño ruido se escuchó, en el techo se abrió una de los cuadrados y se hizo un lado, genial, al menos podía salir de ahí, pero... No podía llegar al techo así como así, al menos éso pensaba ella, ya que, tal parecía que no se había dado cuenta de sus nuevas habilidades como maga; De modo que siguió tocando para ver si conseguía hacer bajar una escalera o algo que sirviera para ayudarla a subir.
Al no ver absolutamente nada, sí, había apagado aquellos halógenos de la sala. Lo bueno que tenía es que sus memoria era estupenda, y se colocó justo debajo y saltó, para su sorpresa consiguió agarrarse con las manos y no caer, hizo una gran fuerza para poder subir. Una vez todo su cuerpo arriba y donde poder apoyarse, suspiró aliviada y comenzó a gatear por ahí. A los pocos segundos, decidió sacar otro cuadrado y bajar. Así hizo, llegando al salón de su casa, una gran alegría recorrió su cuerpo, no se entretuvo ni siquiera a buscar a su padre, cogió todo el dinero que encontró, una gran fortuna, y se fue de casa corriendo con éso y una gran cantidad de ropa en una maleta. Siguió en la misma ciudad, pero éso sí, en la otra punta de ésta, no quería toparse con su padre aunque, éso le iba a ser muy fácil, ya que, al poco tiempo, llegaron a sus oídos que aquel hombre se había suicidado, supuestamente, por lo que le hizo a su hija, convertirla en una maga "artificial", capaz de (hasta lo que Anneth sabía) controlar los cristales.
Por supuesto que Anneth no tenía ni idea de la magnitud de su poder ni de como controlarlo. Necesitaba acesoría urgente que creyó conseguir tras platicar con algunas ancianas del pueblo, cuales se refirieron a una academia mágica como un mito de novela. No supo sí sería cierto o no ¿pero perdía algo con intentar?. Anneth se dirigió a Inglaterra, viajando de polizona para poder encontrar ese sitio llamado Harfagreaetta y cuando corroboró que era cierto, hizo hasta lo imposible para acceder. Actualmente reside allí, como alumna de primer grado.
Objetos personales:
El cascabel que suele llevar en su mano izquierda.
Imágenes:
- Spoiler:
- http://www.zerochan.net/1321643
Información del físico:
Original.
"You can learn from anyone even your enemy"
Anneth Sorensen- Amo / Mago
- Mensajes : 3
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Vie Ago 25, 2017 9:28 pm por Nirvana Gintare
» Registro de mascotas
Dom Oct 11, 2015 8:44 pm por Invitado
» Seven Capital Sins [Normal]
Vie Oct 09, 2015 3:53 pm por Invitado
» Shikaisen Paradise // Cambio de botones
Dom Mayo 03, 2015 7:16 pm por Invitado
» Limpieza de afiliados
Miér Abr 01, 2015 6:07 pm por Invitado
» Lyurand Terris [Normal]
Sáb Oct 04, 2014 12:49 am por Invitado
» Cámbiale su raza!
Mar Sep 23, 2014 1:09 am por Invitado
» ¿Que harías si el usuario de arriba te acorrala y besa?
Mar Sep 23, 2014 1:07 am por Invitado
» ¡Si te casas conmigo yo...!
Mar Sep 23, 2014 12:57 am por Invitado