[ Uriel Aristo ]

por **Uriel** Sáb Mayo 11, 2013 4:30 pm

● Apodo: Ares, Jormundgander
● Nombre: Uriel Aristo
● Edad que Aparenta: 22 años
● Raza: Jaguar / Jagaa
● Sexo: Masculino
● Sexualidad: Bisexual [ Uke ]

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Comenzando por su cuerpo, este se yergue en 1,75 metros con un peso aproximado de setenta kilogramos. No representa musculatura alguna, nunca en sus años de humano puso empeño en tener músculos definidos ni nada por el estilo, además se puede ver como su fisonomía tiene una completa forma juvenil. De complexión delgada e inclusivo se podría considerar -a simple vista- como frágil, estando realmente lejos de serlo por el hecho de ser un jaguar, uno de los felinos cazadores más grandes de la naturaleza. Su tez es totalmente nívea y sin ningún tipo de imperfección, arruga o señal que estropee la perfecta blancura de la misma. Su cabello es de un extraño color negro que naturalmente va en degradé hasta sus puntas donde se lo ve violeta vivo. Lo tiene lacio y generalmente alborozado, puesto que sus hebras son rebeldes, pese a que no juega demasiado con ellas y siempre suele peinárselo de alguna manera que tape su frente porque le agrada mantener el cerquillo entre ceja y ceja. Por otro lado, podemos ver sus orbes, aquel violeta intenso que naturalmente se remarca con líneas negras sin necesidad del empleo de algún lápiz, lo cual los hace bastante notorios. Siempre se encuentran entrecerrados o rasgados, dándole un aire totalmente misterioso y afilado. El último detalle importante son aquellas orejas felinas que sobresalen por su cabeza, siendo de un color violeta con anillos negros, quizá demasiado llamativas que por eso intenta ocultarlas de vez en cuando con algún gorro igual que a su larga cola que presenta el mismo patrón de manchas y colores.

DESCRIPCION PSICOLOGICA

Dada su antigua vida, se puede decir que tiene una personalidad bastante complicada, pero sencilla de entender. Se encuentra siempre a la defensiva y está lleno de energía la cual demuestra en algunas oportunidades, no es de esas personas que piensan las cosas dos veces antes de llevarlas a cabo, siempre quiere hacerlas a su manera y le cuesta acomodarse a la forma de otros. No es bueno empezando una relación ya que es un tanto torpe o más bien bruto para ello, puede que grosero y desinteresado. Gracias a su hermano aprendió a ser un poco menos irritante de lo que era, aunque frecuentemente se le olvida. Posesivo y manipulador, cuando marca a un persona como de su propiedad no permite que nadie más sea el centro de atención para el o ella, pues es egoísta al extremo, celoso aunque no es algo que admite abiertamente, todo esto se encuentra muy en el fondo, hasta que él quiera y permita que lo conozcan. Puede ser cariñoso e impredecible, cosa que lo hace interesante. No es necesario aclarar que también se convierte en un protector algo débil, pero protector al fin, le hace frente a cualquiera que se meta con sus cosas por más que se encuentre inseguro o en desventaja, aplicando su complejo de madurez.

Por otra parte, sus peores defectos son ser despreocupado, engañoso y hasta burlón con algunas personas, capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere. Pasota y encerrado en sí y aunque es muy inteligente, no lo parece ya que mayormente actúa impulsivamente siendo imposible adivinar que hará. Es de hacer preguntas o comentarios fuera de lugar. Algo temperamental, no le gusta que jueguen con él ni que se metan con lo suyo, mucho menos cuando no esta de humor. A pesar de todo, usualmente se lo ve calmado y esbozando una falsa sonrisa, uno nunca sabe lo que estará pensado o como reaccionara. Tiende a ser aislado de los demás como desconfiado, pocas veces le brindaron ayuda ya que en ocasiones fue solamente por interés y lo que más odia, lastima, detesta que los demás le tengan lastima. Habane es egoísta, rebelde, gruñón y posesivo, más que nada con individuos que llega a tener algún tipo de lazo. Cuando se encuentra en confianza o se siente mas o menos cómodo con alguien, se vuelve una persona atenta y más impredecible que nunca, puede acosar y hacer algunos actos escandalosos en público, francamente no le importa aunque le cuesta un poco demostrar lo que siente, por ahora nunca se ha pasado de la raya pero es capaz de obligar a una persona, ser el centro de su atención debido a que en su vida de reinado estaba acostumbrado a ser la estrella de todos.

No teme en señalar los errores o defectos de los demás, por más que este equivocado. Uriel es peculiar en cuanto a su forma de ser, algunas de sus costumbres son extravagantes, dignas de un rey y hasta pueden pensar mal de él por ellas. Es muy directo, a su vez un tanto distraído pero no dejando de ser completamente amigable y en cuyos casos “apetecible”. Revoltoso y provocador a veces, sentirse observado lo molesta, también que lo miren de mala forma. Se vuelve realmente insoportable cuando quiere algo, sus deseos y caprichos tendrán que ser aunque sea escuchado y así quizás se lograra que se callara de una vez la boca. Es muy fácil darse cuenta como se siente, pues tiene ciertos gestos que lo delatan en sus momentos de impotencia, como apretar los puños, ocasionalmente grita, insulta, un poco rezongón.

La mayoría de las cosas se las toma como un juego así se traten de situaciones serias, no es nada inocente y la forma que tiene para divertirse puede irse de sus manos. Agregando que a pesar de ser un tanto descuidado en ocasiones, también es inteligente, fiel y afectuoso. Tiende a mostrarse desinteresado e indiferente ante los demás, aunque se vea y actúe provocativamente, no deja que nadie lo toque al menos que este lo desee. Le es muy tentador el chocolate, todo tipo es bienvenido. Liquido, amargo, blanco, etc. Un buen soborno ya que casi nunca es obediente.

Resumiendo; es un ser de personalidad caótica y en su comportamiento tienden a marcarsen los peores calumnias del hombre, los pecados en una elevada expresión, con escasas virtudes que ha aprendido a lo largo del tiempo.

GUSTOS

● Estar bien vestido y a la moda
● Cualquier objeto que sea brillante
● Las bolas de estambre grandes
● El chocolate y los dulces en general
● La comida chatarra como las papas fritas
● Los licores de menta y vainilla
● Que sus planes salgan triunfales
● No lo dice abiertamente pero le gusta sentir el afecto ajeno, aunque de seguro morderá después de haberlo recibido
● La buena compañía, es a su elección ya que las escoge según la conveniencia
● También las malas juntas para divertirse
● Morder la punta de los lápices o paletas
● Las personas que logran sacarle una risa
● Dormir, descansar, hacer de vago
● Coquetear, seducir y el sexo en sí
● Las secciones duraderas de BDSM
● Una mezcla de gusto y tristeza le provoca recordar a su hermano Sammuel

DISGUSTOS

● Las personas irritantes, incluso más que él
● Que le metan mano por cualquier lado
● Que intenten estafarlo, tomándolo por tonto
● Detesta los espacios cerrados
● No soporta las habitaciones pequeñas
● Que lo fuercen a algo que no quiere
● Que le recuerden a su antiguo reino
● No le gusta que lo vean flaqueando
● Los sonidos sonidos estrepitosos
● Le molesta que lo cuestionen y que traten de meterse con su oscuro pasado.
● Perderse frecuentemente, pues tiene un pésimo sentido de la orientación
● Los sucesos y los hechos paranormales
● Sentirse rechazado por alguien más
● Los humanos que se dedican a la caza
● Que intenten ponerle límites
● Tener que seguir una ley u orden
● Nadar y el agua demasiado fría
● Y lo que más odia es estar solo

HISTORIA

Hace muchos años, desde antes de la llegada del sistema democrático, en la regiones Europeas los gobiernos se manejaban con monarquías, dejando el poder a cargo de una sola persona cual denominaban "Rey". El Rey era el único capaz de tomar las decisiones para su pueblo, tratándose de la máxima autoridad y llevando sobre sus hombros el peso de la gran responsabilidad, por lo cual solía nominar a varios consejeros para la corte que generalmente se trataban de hermanos, primos u hombres de confianza para que lo ayudaran a no sucumbir frente a la presión.

Hace muchos años, se dio este mismo caso en un imperio que actualmente ni los mejores libros tienen información de el, porque tras una devastadora guerra sin Rey, no quedaron ni las cenizas de lo que alguna vez fue la civilización de Clerová.

Todo comenzó en una fría noche de invierno. El viento ostentoso chocaba contra las ventanas, silbando y arremetiendo con tanta fuerza que los alaridos de una mujer apenas se escucharon en aquel castillo. El rey se había quitado la corona para conmemorar el nacimiento de su segundo hijo, mientras se paseaba por los pasillos ansiosos porque el tortuoso parto terminara y cuando la sirvienta dictaminó el fin, aquel hombre sintió como nuevamente su tirano corazón se sucumbía y se regocijaba al poder abrazar a la nueva criatura que vino al mundo. Un varón, el segundo hombre de la familia, ¿qué más podía pedir un padre machista y con semejante título como el del gobernante? nada, era lo mejor que le pudo pasar. Entre ambos decidieron nombrarlo Uriel, hermano de Rafael, en conmemoración al arcángel que transporta el fuego de Dios, el príncipe de las dominaciones, también conocido como el arcángel de la salvación. El guardián del arrepentimiento y de la retribución, encargado de ayudar cumplir los objetivos y misiones de nuestra vida proveyéndolos de ideas transformadoras e innovadoras, siendo el vigía del mundo mental, el que canaliza las energías de la abundancia y es proveedor de gracias espirituales y terrenales. Uno de los cuatro arcángeles que resaltaba en la corte de Dios gracias su nobleza y virtudes. Lástima que el pequeño Uriel, hijo de Alfonso e Isabel de Aragón, no contara con ninguna de ellas.

[ 1 - 9 años: El nacimiento de un ángel ]
Igual que todo hijo de reyes, fue criado con los mejores lujos que podía pedir. Cada vez que abría la boca por una petición, los sirvientes corrían para complacerlo, volviéndose al poco tiempo un mocoso consentido, rodeado de adulaciones y riquezas. Pese a su corta edad ya tenía conocimientos sobre la responsabilidad que acarreaba ser un rey pero aun así, aspiraba a alcanzar la corona en un futuro, pues la ambición se apoderó rápido de su joven alma aunque sus padres jamás se preocuparon por esto, ni siquiera su tutor porque lo veían como una excelente iniciativa para un heredero a la corona. Claro, sí no fuera por la molesta piedra en su zapato, su hermano mayor Rafael.

Este le llevaba nueve años de diferencia y realmente mentalmente no había demasiada discrepancia. Rafael era un imbécil que vivía felizmente. Incapaz de aprovecharse de su condición para obtener beneficios de parte de los aldeanos, pues contaba con un alma muy noble, al menos para el resto de las personas ya que a Uriel y a los sirvientes siempre los vio del mismo modo: como seres inferiores. La convivencia en el castillo erase un juego con reglas muy difíciles y la hipocresía se volvió moneda corriente cada vez que alguien los visitaba. En público, ante amigos de la familia o invitados debían mostrarse como buenos hermanos cuando en realidad se detestaban el uno al otro y cuando nadie los veía, no dudaban en comenzar con sus agresiones, yéndosen incluso a las manos para resolver sus constantes discrepancias.

Era tan cansador, tan difícil.

Pero como dicen, la sangre es más espesa que el agua y no podía llegar a odiar a su hermano por más que lo intentara, a lo sumo discutía con el y vivía bajo su sombra, pero tenía las esperanzas de que en un futuro ello cambiara. Lo que no sabía era cuan equivocado estaba y el odio creció mucho más rápido de lo que pensó cuando presenció como su hermano abusaba vilmente de las sirvientas, inclusive de los sirvientes. En su vida vio semejantes actos abominables, orgías de toda clase que iban completamente en contra de su moral, su ética, su educación y más de una vez Rafael intentó arrastrarlo a sus "fiestas" privadas pero siempre se negó. Lo odiaba, lo repudiaba, era repugnante.

Cuando cumplió sus nueve años y Rafael los dieciocho, varios sucesos pasaron. El primero fue la muerte de su padre en plena guerra contra Grecia. El segundo fue el ascenso del bastardo hacia la corona y el tercero se trató del nacimiento de un nuevo hermano que se llevó también la vida de su madre en el parto dado que esta ya estaba en una edad avanzada y tanto los riesgos como las consecuencias fueron inminentes. Siguiendo la tradición familiar, decidieron llamarlo Sammuel como uno de los siete arcángeles y ya que Rafael no tenía intenciones de cuidarlo, quien quedó a cargo del bebé fue Uriel.

[ 10 años: El período traumático - Abusa del débil y crea un monstruo ]
Desde la tragedia de sus padres Uriel se afianzó de Sammuel para recuperar las fuerzas, dedicando todo su tiempo al cuidado del niño, sin permitirle ni a Rafael ni a los sirvientes que le tocaran un solo cabello, a excepción de Anabel que era una criada que por sus años de mérito se había el ganado el respeto de sus progenitores y por lo tanto también el suyo. Aun así se volvió posesivo con el pequeño porque en aquel ambiente embustero lo reconoció como su único familiar, como un verdadero ángel caído del cielo en un momento de desesperación, pues cuando su hermano asumió el poder de la corona, cambió muchísimas de las reglas del reino para su favor, para aumentar sus riquezas y para vivir como unos auténticos cobardes sin gloria dado que se negó a participar en cada guerra, causando la destrucción de imperios aliados.

Era un malnacido, un miserable que no conocía límites en su redundante idiotez. Siempre buscando abusar del débil porque sabía que por el mismo no podía ganar nada. Sin embargo en una noche tocó un punto crítico.

Cuando el estrés por las quejas de los aldeanos rebasó la incompetente cabeza de Rafael, este se escabulló hacia la habitación donde dormía el pequeño Sammuel y los llantos se volvieron tan fuertes que Uriel saltó de la cama desesperado para ver que le ocurría al infante. Al llegar, la imagen tan atroz y carente de humanidad que vio, es algo que aun mantiene en su memoria. Rafael había desnudado al niño de tan solo un año estando más que listo para violarlo pero fue interrumpido por los gritos y exclamaciones de Uriel que no dudó en abalanzarse sobre su hermano dispuesto a destrozarlo. No podía soportarlo más, no solo era un maldito pederasta si no que también era su familiar... Sin embargo su acto heroico tuvo un gran precio. Abusando de su fuerza y dado que no pudo desquitarse con el bebé; Rafael profanó salvajemente el cuerpo de su consanguineo hasta destrozarlo, hasta que sus alaridos de dolor se convertían en una sinfonía con los llantos del pequeño que por lo menos se mantuvo a salvo.

Cuando aquel animal decidió dejarlo en paz, se acercó a la cuna de Sammuel abrazándolo con un cariño que para su temprana edad era asombrosamente paternal. El cuerpo le dolía, su orgullo, sus conceptos y su realidad era aun más hirientes que la carne pero una vez más la inocencia del ángel fue lo único que tuvo para salir adelante. Al día siguiente Anabel fue quien curó sus heridas, siendo la única que mostró preocupación por las siguientes semanas donde Uriel se negaba a salir de la habitación y de negaba a entregar al bebé. Realmente Anabel en aquella etapa traumática de su vida, se convirtió en una buena amiga y en su segundo motivo para seguir.

Pero ni las muestras de aquel amor puro pudieron detener al monstruo que se estaba engendrando del odio en el interior del cuerpo de Uriel y a los seis meses de lo sucedido, se encargó de recolectar información pertinente a venenos y preparados letales. Buscó las hierbas más fuertes que crecían en las afueras del reino y creó la poción que días después le dio el fin a su hermano cuando muy servicialmente le llevó a la cama una copa vino con el brebaje. ¡Nunca se había sentido tan feliz en aquellos diez míseros años! había matado al todo poderoso rey y este ni cuenta se había dado de que aquella agonía era ocasionada por él, por sus propias manos y una sonrisa nefasta se trazó en sus labios. Seguramente fue lo último que vio Rafael antes de partir.

Era un momento de gloria, la corona sería suya, podría restablecer el orden en Clerová, iba a llevar a partir de aquel punto una vida feliz y normal. Pero nuevamente estaba equivocado y toda esa dicha se esfumó al día siguiente cuando los miembros del consejo encontraron el cuerpo sin vida del príncipe y rápidamente los viejos sabios deducieron que debía ser por un envenenamiento, por la espuma blanca que no dejaba de esbozarse del cadáver.

La sentencia que dieron fue clara como el agua. Apenas hallaran al culpable iba a ser apedreado, un método de ejecución nada piadoso que constaba en tirarle rocas al acusado hasta romper su piel, sus huesos y muriese por desangro o de un infarto por el dolor en sí, ya que nunca le golpeaban a la cabeza, cuestión de prevenir los desmayos y que la muerte fuera pasiva.

Uriel tembló como nunca, no quería morir pero tampoco pensaba arrepentirse por haber asesinado a un monstruo. No sabía que hacer y cuando aquella noche los miembros del consejo tocaron las puertas de su habitación, se había preparado para lo peor. Y lo peor fue... Ver como Anabel tenía las muñecas sujetas por una soga mientras que el líder de los sabios explicaba que ella se había declarado culpable. Uriel no lo podía creer ¿lo había hecho por él?, ¿por salvar su mísera existencia?... ¡No podía permitirlo! tenía que impedirlo y sin embargo el miedo se apoderó de él, llevándolo a callar mientras la joven sonreía, dispuesta a ocupar su lugar.

Al día siguiente fue la ejecución y quien debió tirar la primera piedra fue el portador de la corona. Sus ojos no dejaban de escurrir y su garganta no dejaba de vacilar ante la orden que al final debió sentenciar desde el momento que sobre sus hombros cayó la responsabilidad del rey de Clerová: "¡muerte a la traidora!". Y desde entonces, Uriel no volvió a ser el mismo.

[ 12 años: La pérdida de la inocencia - El ángel caído ]
Tras los sucesos acontecidos, la presión diaria por parte del pueblo, las batallas, los recuerdos y sobretodo el poder; Uriel se convirtió en una persona completamente diferente. Dejó toda moral y todo respeto a un lado. Se dio el lujo de disfrutar de los más siniestros placeres, de pecar con todos los excesos. Era soberbio, le encantaba pisar las cabezas del resto. Era codicioso, buscaba aumentar los impuestos estafando a su propia nación. Era irático, amaba participar en guerras viendo como la sangre se derramaba. Era envidioso y lujurioso a la vez, pues cuando veía que una familia era feliz, buscaba entrometerse en el medio seduciendo al hombre o a la mujer por el mero placer de acabar con la dicha de otros, la alegría que nunca tuvo. Por supuesto que en otros defectos estaba su pereza, relevando las situaciones críticas a los viejos del consejo y la gula, deleitándose en engullir todo a su paso sin nunca perder aquella silueta que poseía. Por los hombres de su propio pueblo fue llamado como "el ángel caído" y bien ganado tuvo ese apodo. ¡Hasta divertido le parecía!.

Lo único que jamás hizo fue abusar de las personas físicamente, ni de los odiosos niños, tal vez por su propio trauma del pasado. En cambio sí explotaba a los animales por culpa de una inusual tendencia que desarrollo hacia la moda de la época donde quien llevaba más pieles encima parecía resaltar aun más y Uriel encantado de ser el centro de atención, con tan solo doce años se volvió en un experto cazador, matando a diestra y siniestra.

[ 15 años - La guerra contra la antigua Grecia ]
Entre la caída del rey Alfonso, el gobierno devastador de su hermano y el poco favorable que el mantenía ahora; le costó cinco años al pueblo poder repuntar y cobrar un equilibrio para volver a enfrentarse a los grandes ejércitos espartanos cuales años atrás habían acabado con la vida de su padre. Por eso en una noche tomó la decisión de entrenar a un selecto número de hombres, enseñándole las mismas mancias que el había aprendido en las furtivas cazas; movimientos casi animales e imposibles de captar para el humano común. Tras esto plantó bandera de guerra contra aquel pueblo sin importarle las consecuencias y mientras miles de inocentes morían en la contienda; él junto a la élite se escabulleron al corazón de Esparta para acabar con los gobernadores, exponiendo sus cabezas frente al pueblo y proclamando aquel ejercito como suyo. Algunos hombres lo maldijeron permaneciendo en sus tierras de origen, estos lo apodaron como "Ares" en alusión al dios de la guerra y otros asombrados por su fuerza y tiranía decidieron seguirlo por el camino hacia la gloria.

[ 17 años: La devastación de los países nórdicos ]
Dos años más tarde, no conforme con el golpe que le había dado a Esparta; Uriel quería estrenar a los nuevos miembros de su ejercito ya que eran hombres poderosos, bien entrenados pero con poco cerebro. Fáciles de manipular para su conveniencia.

Marcó como victima a las regiones nórdicas cuales varios de sus países vecinos temían por culpa de las leyendas sobre monstruos atroces que rondaban aquellas tierra pero el eceptico de Uriel jamás tomó en cuenta las advertencias y decidió caerles en plan de guerra. Para esto utilizaron los barcos, llegando más rápidos y tomándolos completamente desprevenidos al surcar sus aguas. Apenas desmontaron las naves el nuevo campo de batalla fue aun más estruendoso, cruento e inhumano que el de años atrás pero esta era la naturaleza del hombre: destruir. Lo comprendía mejor que nunca y le encantaba esta vida tirana donde sus órdenes fueron quemar cada casa y asesinar cada varón exceptuando a los niños. Por los aldeanos de esta región obtuvo un nuevo apodo y el más extravagante que le han dado hasta el día de hoy: Jormundgander, en honor a la serpiente marina hijo de Loki que atacaba a los pueblos llegando desde el océano con su cuerpo conformado por las olas, igual a como fueron aquellos barcos en una hilera de desdicha y caos.

En estos tiempos Sammuel ya tenía siete años y para el asombro de Uriel era mucho más espabilado que él a su edad pero con la diferencia de que Sammuel siempre veía desaprobatoriamente los actos salvajes de Uriel aunque era consciente de que con él era el hombre más bondadoso del mundo, pues al único que respetaba y quería con el corazón era a su pequeño familiar.

[ 19 años: La maldición eterna ]
Con nueve años al poder, con dos guerras ganadas y con nada más por experimentar; Uriel estaba cansado de vivir. Todo le resultaba monótono y aburrido, llevándolo a cometer actos de crueldad por exceso y no solo en su tierra si no también en otras regiones del mundo. Sí algo lo envició a sus diecinueve años fue la pasión por las pieles de criaturas inexistentes en europa que príncipes de otros países traían sobre sus cuerpos. La envidia lo apoderó y no vaciló en dejar al imperio con tal de satisfacer su capricho personal, embaucándose en un viaje a las selvas del amazonas. Allí asesinó cuanto animal se le cruzó por el camino, pese a que algunos hombres de piel roja intentaron detenerlo, resultando también heridos y muertos en el proceso, pues estaba completamente cegado y realmente obsesionado con la piel de una criatura en particular: un jaguar.

Aquellas manchas eran encantadoras, las quería y las tendría a como diera lugar. Persiguió a estos pobres animales matando cientos de ellos para tener la suficiente cantidad de pieles para abrigos y muebles del castillo. Sin embargo cuando iba a despellejar en vivo al último casal; un felino de piel tan negra como la noche se presentó frente a él y gran susto se llevó al percatarse que el animal hablaba, maldiciéndolo en una lengua desconocida aunque no necesitaba entenderlo para notar los cambios que su cuerpo adquiría y el dolor indescriptible como si irónicamente le arrancaran la piel para ponerle una nueva.

Se arrastró al río más próximo y cuando vio su reflejo en el agua no podía creer lo que le había ocurrido. Tenía un par de orejas y una cola anillada, muy semejante a la de los jaguares si no fuera por aquel color inusual que presentaba en su piel. No lo comprendió en aquel entonces, pero este era el inicio de una nueva vida para el príncipe, una donde iba a conocer el verdadero significado del esfuerzo, el respeto y la realidad.

[ 22 años: La caída del imperio Clerová ]
Con aquella apariencia "monstruosa" se negó a regresar al reino. El sangre azul destacado por ser en extremo superficial no podía permitir que nadie lo viese así. Durante tres años estuvo observando su pueblo a la distancia, viendo como día a día este decaía cada vez más y maldiciendo por todos los infiernos que no pudiese volver junto a Sammuel. En este etapa, contempló con otros ojos como los aldeanos sufrían y como su hermano menor intentaba a toda costas contener al resto como sí fuesen pares. Y entendió el gran error que cometió con su corrupta tesitura y finalmente vio caer a la nación, pues la buena disposición fue vencida por la inexperiencia e inocencia de Sammuel que no supo barajar las cartas para salir a flote y tras una guerra declarada por el vengativo imperio nórdico; Clerová fue destruida con la misma crueldad que él destruyó otros pueblos. Ni las cenizas de su gobierno quedaron, en cambio en la búsqueda desesperada por el cuerpo de su hermano; encontró el relicario que el pequeño poseía con los cuadros de ambos, cuando eran niños y de un modo, felices.

[ Actualidad ]
Tras cientos de décadas de vagar por el mundo entre las sombras, pudo encontrar un estado donde los humanos con rasgos animales parecían ser comunes, por no denominarlos "rentables". La ciudad se llamaba Kiken y allí existía una curiosa tienda donde se rumoreaba que criaturas como él pedían alojamiento a cambio de ser vendidos a humanos comunes y corrientes. No sabía si era buena idea, tampoco sabía sí era mala pero el que no arriesga no gana y sin nada que perder decidió adentrarse en el Wild Love, esperando permanecer allí por el tiempo que su maldita especie le deje vivir.

EXTRAS

Objetos Personales: Una corona, una navaja y el relicario con la foto de Sammuel

Imágenes: