High Functioning Sociopath {Sherlock Holmes}

● Apodo:
Freak, Sherly; pero los detesta.

● Nombre:
Sherlock.

● Apellido:
Holmes.

● Edad:
29 años.

● Nacionalidad:
Inglesa.

● Empleo:
Detective consultor.

● Raza:
Humano.

● Sexo:
Masculino.

● Tendencia sexual:
Asexual.

Sherlock tiene el cabello oscuro, largo y rizado, el cual él mismo se alborota aún más cuando está ansioso o desesperado por alguna situación. Sus ojos son por lo general verdes o azules, dependiendo del ambiente donde se encuentre, o a veces una mezcla entre ambos. Es la parte más expresiva de su rostro, ya que por lo general mantiene la misma expresión analítica, con una sonrisa de superioridad de vez en cuando. No es sencillo hacerle romper esa fachada, pero tampoco es imposible. Sherlock es alto, y de complexión delgada, pero aun así es mucho más fuerte de lo que aparenta gracias a años de entrenamiento. Tiene la piel blanca y pálida.
Le gusta vestir en tonos oscuros, con trajes negros hechos a la medida, y rara vez sale a algún lado sin su gabardina negra y su bufanda azul alrededor del cuello. También le gusta disfrazarse si es necesario para obtener información. 

Sherlock Holmes se describe a sí mismo como un "sociópata altamente funcional", alguien que está totalmente desligado de sus emociones y sentimientos, y tiene espacio solamente para la parte racional y analítica de su mente. Sin embargo, en realidad no es así, aunque descubrirlo es muy difícil. No le gustan las distracciones ni mostrar ninguna debilidad, por lo que prefiere mantener alejadas a las personas que no considera útiles o interesantes. Aunque cuando le ha tomado cariño a alguien, haría cualquier cosa por esa persona.
Es un genio, extremadamente inteligente. Tiene una habilidad de deducción muy desarrollada, llegando a observar detalles que los demás pasarían por alto en segundos y resolviendo así misterios que para cualquier otra mente no harían ningún sentido. Tiene un alto conocimiento en todo tipo de ciencias, especialmente la química, que es su favorita; pero al mismo tiempo tiene la costumbre de desechar toda aquella información que considera irrelevante para tenerla guardada (como el sistema solar), y por lo tanto es un desperdicio de espacio. No le gusta equivocarse ni que le lleven la contraria, admitir un error o pedir perdón le resulta algo muy complicado.
Para él, no hay nada como un caso difícil para entretenerse; sus favoritos son los asesinatos. Tiene una memoria increíble, y es capaz de recordar escenas como si les hubiera tomado una fotografía.
No es muy bueno para socializar, por lo que carece de muchas amistades, aunque dice que no las necesita. Puede pasar días enteros sin pronunciar una sola palabra, analizando alguna situación. Necesita tener su mente constantemente trabajando, ya que si no obtiene ataques de ansiedad y es cuando se refugia en algún vicio.
No le cuesta para nada decir lo que piensa, sin detenerse a pensar en si eso ofendería a los demás o no, simplemente no le importa la opinión que lleguen a formarse de él. Lo único que le importa es su trabajo, y todo lo demás es secundario. Es capaz de llegar hasta las últimas consecuencias si eso le va a dar la respuesta que está buscando.

-Tocar el violín para relajarse.
-El tabaco, aunque está tratando de dejarlo.
-La química.
-Los misterios y casos difíciles para resolver.
-Realizar experimentos científicos.
-El momento en el que explica como es que resolvió un caso, y dejar a todos impresionados.
-Alardear.

-La ignorancia.
-No tener nada con que ocupar su mente y sentirse aburrido.
-Las personas que dicen cosas obvias. Son una pérdida de tiempo.
-Cometer un error.
-No le gusta estar cerca de mujeres. No las odia, pero prefiere estar sin su compañía.

Sherlock Holmes nació en Londres, Inglaterra, en medio de una familia con un alto estatus económico. Desde pequeño recibió la mejor educación disponible, y demostró ser diferente os demás niños en base a su inteligencia. Nunca le fue sencillo relacionarse con los demás o hacer amigos y prefería pasar las tardes leyendo algún libro de su hermano ocho años mayor, Mycroft, otro genio, a salir a jugar con los demás niños de su edad. Aun así, siempre fue bueno en los deportes, destacando en las artes marciales y el esgrima.
Durante su infancia tuvo muchas niñeras, quienes duraban poco tiempo, ya que Sherlock nunca fue alguien fácil de tratar. Tampoco le importaba demasiado, hasta el momento en que Mycroft dejó la casa para irse a estudiar en un internado, y él se quedó completamente solo. Sin embargo, con el tiempo se acostumbró a las burlas y los insultos que recibía cada vez que demostraba sus habilidades deductivas, algo que sus compañeros llamaban simplemente un “truco de magia”. Logró entrar a la universidad antes de tiempo, en Oxford, y fue ahí donde descubrió que a lo que se quería dedicar por completo era a la criminología, después de ayudar a su único amigo a resolver un caso durante las vacaciones.
Una vez se graduó, se mudó a un lugar cercano al Museo de Londres para recopilar todo tipo de información que podría resultarle útil para su trabajo como detective. Pasó una larga temporada ahí, intentando hacerse un nombre y comenzando a colaborar con Scotland Yard, hasta que decidió que sería mejor conseguir un lugar más céntrico y con más espacio, por lo que terminó mudándose a Baker Street, 221B.

Puede pasar noches enteras sin dormir, tocando su violín, especialmente cuando está trabajando en un caso. Aunque a veces no se despierta hasta pasado el mediodía. Tampoco come mucho, pues dice que la digestión es un gasto de energía innecesario en esos momentos.