—A D E L F R I E D❞

De complexión esbelta, promediando una altura de un metro setenta y cinco, y un peso rondando los setenta kilos, Adelfried no da sino la sensación de imponencia, elegancia y distinción; si bien destaca en el un leve brillo de fragilidad, cuando el primer movimiento intenso y letal toque su objetivo, quedará claro que las apariencias, en el, verdaderamente engañan. De atractivas facciones armoniosas, piel suave y tersa en coloración natural, orbes de celeste pálido intensos y fríos cual hielo. Una expresión naturalmente estricta adorna su rostro y su voz, pronunciada casi como un susurro, tiene un temperamento demandante, hostil, firme como un grito. Cabello corto, ligeramente abundante y rebelde, compuesto por hebras en tono rubio oro; algunos mechones se concentran en su frente. Vistiendo formal y de punta en blanco constantemente, tal cual un caballero; rara vez viste informal y en caso que ocurra, nunca prendas llamativas, sino más bien usando aquellas que den un toque de discreción. En su forma dragoniana sus escamas son doradas y su proporciones considerablemente grandes




Al haber llegado al mundo de mano de una familia infame rodeada de enemigos, Adelfried creció rápido y su carácter se ha moldeado a su entorno y la necesidad de sobrevivir a toda costa; por lo tanto es una persona seria, poco comunicativa, con un orgullo enorme, un amor propio que no conoce limites, una visión de la vida cínica, basada en lo material y la notoriedad de no saber que es, básicamente, un sentimiento. No a menos que hablemos de su familia. No sólo amor  sino un respeto alto e inmaculado por su hermano que lo cuidó con su vida y le dio la oportunidad de seguir viviendo una vez por cada año de vida, sus tíos y primos a los que la palabra lealtad está relacionada y únicamente por quienes sería capaz de dejar atrás su propio bien. Nadie más existe fuera de ese circulo y quienes se acerquen no serán sino objetos que Adelfried tendrá en cuenta según su “valor” y no será sino en función de eso mismo la intensidad con que defienda a esa persona. Más el muchacho por muy difícil de tratar que sea, no decide sus pasos con maldad, ni según las ventajas que pueda obtener, y no usa sus habilidades contra las personas al menos que lo sienta adecuado; no le interesa la gente y sus distorsiones y elige ignorarlo constantemente. Suele mantenerse alejado de la gente si bien no tolera que maltraten a los débiles, especialmente si de alguna manera el está relacionado a ellos. Conserva un alto instinto de protección que pocas veces demuestra por razones que han quedado claras. No permite que le protejan, le cuiden o le demuestren condescendencia pues para el, depender de otros es un signo de debilidad. Se mueve solo, vive solo, se cuida solo y trata sus heridas solo; todo lo que hace lo lleva a cabo en la más intensa soledad, pero no le molesta. De hecho estar rodeado de gente le provoca serios malestares como incomodidad, mal humor, agresividad repentina, todo explotando en cuestión de segundos a la menor presión que sienta. Es un alma libre y como tal, un errante, siempre yendo y viniendo, nunca quedándose en el mismo lugar demasiado tiempo, necesita estar en constante movimiento o comenzaría a sentirse hastiado; como un animal enjaulado. Divertirse no es algo que suela hacer, al menos no de la manera natural, cuidar sus trofeos es lo que el llamaría diversión, limpiarlos, rememorar en que situación lo obtuvo, a quién se lo sacó. Entrenar, adiestrar sus habilidades y los alcances de estas, es otro ejemplo. Admirar a la gente, no suele ocurrir, al menos que se demuestre alguna característica llamativa.

Frío, cortés y distante, tres palabras que le describen a la perfección; nunca estará al lado de un “objeto” importante, pero siempre velara por su seguridad si acaso es lo que desea y nunca atravesará ese objeto una situación difícil solo, dado que el orgullo de Adelfried no se lo permitirá.




— Le encantan los animales. Grandes, pequeños, gordos, delgados, como sean. Desgraciadamente, a los animales él poco les agrada. Pero aún así él no pierde el gusto de darles atención.
— Los bebes y los niños pequeños, su instinto protector comúnmente despierta en presencia de ellos.
— Conversar con los pocos miembros de su familia. Su hermano, Roland, y sus primos.
— Coleccionar objetos que retiene de las personas que derrota, son trofeos que atesora.
— Ama la cocina italiana. Debió ser que se acostumbro mucho porque sus tíos preparaba muchos platillos de ese origen.




— Que se acerquen a sus objetos, sean estos personas, su hogar  o simples elementos inertes. Se enfurece cuando los tocan, los ensucian o los rompen.
— Que desobedezcan sus órdenes.
— Las personas soberbias, ignorantes o maleducadas.
— Su falta de autocontrol. No suele detener sus acciones aunque signifique lastimarse severamente.
— Multitudes, especialmente las ruidosas. Sabe desenvolverse en un medio social pero los prefiere evitar.




Se remonta a dos generaciones. El abuelo de Adelfried era un dragón de escamas oscuras, orgulloso y racista; pues no toleraba estar cerca de otras especies por considerarlas débiles y carentes de linaje. Instruyó al hijo toda su vida con estas enseñanzas, pero el hizo y deshizo a su voluntad ignorando las leyes de los de su especie y por tal fue expulsado de su clan. Poco tiempo después, conoció a una mujer de su raza, una dragona dorada con la cual se estableció, tuvo y crió a sus hijos. Cuando el niño apenas cumplía los dos años, su padre fue asesinado. Más en su afán de borrar del mapa la herencia sanguínea que había traspasado ese hombre a sus hijos, el y su hermano quedaron en el blanco y fueron perseguidos de igual manera por su propio abuelo. La madre, asustada e incapaz de sacrificarse a si misma por su familia, los abandono a su suerte; desapareciendo de sus vidas. Finalmente sólo estaba su hermano mayor para cuidarlo de la mirada interesada de las otras criaturas.

Cuando Adelfried contaba con ocho años, un gran dragón dorado se presentó ante ellos. Una criatura de aspecto confiable, siempre sonriente. El hombre en cuestión, hermano de su madre, les dio un lugar en su casa y les ofreció protección y cariño sinceros, donde aprendieron a convivir bajo el mismo techo, con el sostén de ellos y los hijos de estos. Y si bien, su hermano Ronald pronto abandonó la casa y se deslizó hacia su propio rumbo, desde ese momento Adelfried tuvo una familia a la cual pertenecer y en la cual confiar. Creció rápido y su curiosidad por saber se incrementó con el tiempo, pronto había recuperado esos ocho años sin rumbo y se encontraba en la tarea de seguir a sus tíos en cada paso que daba. Entonces, mientras contaba dieciseis años, el abuelo lo descubrió y atacó a la familia que lo cuidaba. La lucha fue cruenta y el resultado fatídico pues ambos, abuelo y tío, se asesinaron entre ellos. Poco tiempo después, supo que su tía de igual manera, había fallecido mientras protegía a sus hijos más pequeños. Sintiéndose el culpable de la situación, Adelfried entonces se dio a la tarea de cuidar a sus primos hasta que estos tuvieran la capacidad de valerse por sí mismos y pagar al menos el gesto que sus difuntos tíos tuvieron con el.

Los años pasaron una vez más, rápidos frente a los ojos del dragón, sus primos habían abandonado tiempo atrás el nido y todos habían forjado sus propias vidas; aquello le dio al dragón la oportunidad de seguir sus propios rumbos, completar sus ambiciones y buscar al hermano perdido tiempo atrás. Cierto día, el rumor de unas anomalías en Berlín, llegó a sus oídos y con el, un mensaje dejado por el hermano. Que lo buscara, “Roland Vorgrimler”, así apodado entonces, lo esperaba en Berlín. Sin pensarlo mucho, abandonó su hogar y se traslado hacia el otro lado. Tomando entonces su forma humana y decidido a reencontrarse con el único miembro de sangre que, supuso, tendría allí, comenzó su búsqueda. Pronto descubrió que las civilizaciones humanas tenía muchas cosas para ofrecer e indudablemente otro par que detestar. Apenas cruzó la frontera fue secuestrado por unos hombres temerarios que le siguieron el rastro por su linaje y fue enviado al mercado negro.

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El nombre del personaje es Noel Valmore creación de Wand of Fortune.



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anyone even your enemy