—closer to the edge.

¿Te propones arrastrar de nuevo tu cuerpo por ti mismo?. Físicamente estamos en presencia de un Ser completamente hermoso, en el total sentido de la palabra. Su cuerpo se haya bien proporcionado y atribuido, posee un busto expuesto que no hace más que remarcar su infinita feminidad. Piel blanquecina, sin lugar a imperfecciones, aunque tenga un aspecto frágil verán que su físico no es poco resistente por más que su tamaño y delgadez le otorguen ese título. Quizás sea de rasgos delicados y finos, pero en sus piernas y brazos se marcan lucientes músculos que le brindan una gran fortaleza física en cualquier situación peligrosa. Mide aproximadamente uno setenta, quizás un poco más, le resulta cómodo usar tacones así que puede parecer más alta de lo que realmente es. Su larga cabellera rosada llega hasta sus muslos que, de paso, es dueña de un trasero de tamaño visible y pomposo, es una pena que no tenga como tendencia usar prendas reveladoras y sugestivas. La misma tiene un elegante flequillo relativamente extenso que tapa mayormente el lado derecho de su rostro, sin embargo parece no molestarle aquello. Su mirada cándida es una de sus mayores características, pocos se habrán de resistir ante su famosa vista infestada de inocencia y dulzura, un par de relucientes zafiros bondadosos. Su nariz pequeña y labios pequeños y finos completan su rostro representativo de la honestidad. Con respecto a su forma mítica, es un corcel que está en la justa medida de los otros de su especie, siendo un poco más espaciosa dado su descendencia. Porta un tono amarillento cremoso con unas enormes alas del mismo color, con semejante forma explaya majestuosidad y belleza absoluta. Pero es un estado que solamente puede hacerlo cuando se encuentra sola, o al menos cuando nadie la está mirando, se reserva de alardear su orígenes. Además conserva varias particularidades que delatan su identidad, con una simple mirada es sencillo identificarla entre la multitud.

La joven Siff es portadora de un psiquis singularmente altruista. Dicha facultad es un extraordinario don que la convierte en una criatura interesante, y quizás única dentro de su afamada especie. Notarán que en su presencia abunda un místico aura de franqueza y serenidad, extraño, habitúa acompañarla un aroma similar a afabilidad —¿saben de su bálsamo?—. Hemos de suponer que no existe un mejor ejemplo de feminidad que semejante pelirosa, quien cuenta dentro de sus posibilidades el sacrificio propio por el bienestar del prójimo, suponiendo que éste juega un rol importante en su existencia. Precisamente, la renombrada mujer sabe lo suficiente acerca de moral y fidelidad, no exactamente una experta, lo que nos deja actos equilibrados de su parte. No simpatiza con la maldad, aunque tampoco se jacta de ser un individuo esmeradamente puro-pulcro. Todos tienen su rincón lóbrego, auténticas utopías. Pero sigamos con sus descripciones más gratas. Siff posee una percepción más aguda que cualquier otro ser viviente, dándole una apariencia más ascética por adivinar fácilmente los pensamientos de los demás. Semejante habilidad la posibilita a percatarse si se encuentra ante una situación peligrosa o, en el mejor de los casos, si alguien necesita un ápice de tímida ayuda. Con ella cerca ni siquiera hace falta pedírselo, aunque no es un secreto que a mucha gente le incomoda ésta sorpresiva actitud. Tal como se excusa, ‘solamente quería ayudar’. Su madurez alcanza un grado sorprendente considerando la edad con la que se maneja —crean que se trata de una fémina adorable e inteligente, alguien que sabe usar su cabeza—, pero en algunas ocasiones se deja llevar por el mar de emociones que la azotan, olvidando toda sensatez para poder hacerse entender. Una princesa y guerrera.

Algo distraída y descuidada. Habitúa hacer las cosas sin la suficiente dedicación y, por lo tanto, termina por echar a perder algo o simplemente no acabarlo de la mejor manera. Su paciencia es casi nula aquí, y esto le limita de sobremanera a tener un control de sus acciones. No es que no le empeñe tiempo a sus obligaciones, el problema es que cuando siente que no van por un buen camino los nervios la aprisionan y termina por hacer todo mal. Pero el hecho de mantenerse tranquila en todo lugar, es la suma medida que tiene para pensar las cosas antes de realizarlas. Evita a toda costa perder los estribos y transformarse en una impulsiva, a pesar que las situaciones desesperadas le sobrepasan. Es bastante accesible y para nada insípida, una calidez de lo más encantadora. En sus ojos claros nadie ha sido capaz de ver plasmada la malicia o burla, tan cristalino, su presencia llena de tranquilidad todo lugar en el que se encuentre, aunque su contextura la haga dueña de todas las miradas, no hay en ella ni un deje de amenaza. Tiene un instinto protector muy desarrollado, que muestra con aquellos que lo rodean. Aún para su torpeza no es conocida por dejarse vencer en la primera, pondrá su mayor esfuerzo en todo lo que haga volviéndola en alguien con una considerable pizca de mera terquedad.

Aparte, ¿saben?, tal vez en un primer momento no sea lo que uno está esperando, pero es interesante que la cercanía a un auténtico Pegaso no sea tan inalcanzable al final.

Sin embargo esto no se termina aquí. Se exaltarán al enterarse que aquel seráfico rostro conlleva mucho más que sanas intenciones, pues ella oculta una parte sugestiva que daría satisfacción al mismo hipotálamo. ¿Quién diría que la jovenzuela es un ambiguo explosivo erótico? Está llena de vigor y pasiones encarceladas, que fuera de cualquier broma, su faceta más sensual espera un domador digno de enfriar la calma llama interna. Ah, cómo olvidar el detalle de sus sobresaltos. Algo que suelen asociar directamente con su persona, su marca personal por así decirlo, es que frecuenta tener ataques repentinos de ira en los que pierde el control de sus actos y palabras. No tratándose de un enojo cualquiera, como un típico berrinche o queja pasajera, sino que éste acto va más allá de las expectativas. Sus sobresaltos inmediatos la transforman en una persona agresiva y agrede a con quien se encuentra en una disputa. Su paciencia se pone en juego cuando se ve entre la espada y la pared (detesta el encierro), un cambio de personalidad brusco, que para quienes la conocen les siembra miedo cuando se enoja y libera su odio en la que hace que sus compañeros se asusten excesivamente. Una fiera condecorada.

1. En primer lugar están las cuestiones azucaradas. Disfruta de todo tipo de comida que contenga un mínimo de azúcar, aunque también podría optar por los alimentos picantes, otro gusto que su paladar soporta a tal punto de que le encanta mordisquear. 2. Es una joven atlética y flexible, suele colocarse en posiciones poco usuales y, si le dan la oportunidad, es capaz de correr a la par de un rayo. Esto le provoca un bien interno, además de contribuir a su salud física y mental. 3. No es un dato extraño que disfrute de la libertad, el aire libre, los sitios abiertos y tranquilos. 4. Frecuenta tomar té verde o de manzanilla, ambos son buenos placebos cuando tiene un día difícil. 5. No se trata precisamente de un gusto, pero solía ser una buena costurera en sus años de orfanato, además de una destacada estudiante, así que le agrada leer un libro de vez en cuando, ya sea de cultura universal, historia, o ciencia ficción y misterios. 6. No le fastidia compartir tiempo con una persona, se torna agradable en el lapso. 7. La leche le da somnolencia, obligándola a quedare dormida. Lo mismo le pasa quedándose en las duchas con espumas. 8. Algunas cosas morbosas fuera de su alcance, o solo curiosidad.

1. Si uno supiera algo de mitología griega, sabrán que su raza está enemistada con los grifos, y en donde se encuentra existe un número reducido. Pero Siff les teme, nunca nadie le enseñó a enfrentarlos y más de uno sabe esa cuestión, así que es acosada frecuentemente por esas criaturas. 2. Odia que la apuren, ya que así demuestra lo torpe que es mediante presión. Su productividad hace un retroceso en vez de mejorar. 3. Existe un límite para las bromas, no le molesta que hagan chistes discriminatorios sobre su persona, una, dos y hasta tres veces. La cuarta vez ya es personal. 4. Cobardía. Temor por lo desconocido. 5. Detesta los orfanatos, así de simple. Son una viva imagen de lo mucho que afectó su pasado, no puede entrar a ningún tipo de establecimiento que tenga que ver con uno. 6. Las fresas, definitivamente. ¡Es alérgica!. 7. Sentirse demasiado observada por el resto, suele reservarse demasiado y cuando la atención se centra en ella se siente, como mínimo, incómoda. 8. No soporta que la vean débil al extremo de llorar. Suele hacerlo en silencio para ocultar infamia e hirientes acusaciones.

Aparentemente no se trató de un esperado fruto. Hela tuvo variados problemas familiares que le impidieron otorgarle una buena crianza a su única hija, su marido en cambio nunca se mostró interesado en las necesidades u obligaciones que tenía con la pequeña. A Hela le había sucedido una de las peores desgracias: traer un hijo a una familia sin amor. Pero la raza heredada de padres a hija formó un vínculo demasiado sólido como para dejarse llevar por la irresponsabilidad, en el fondo, sabía que la crucificaba el deber de ser una buena madre para Siff. Pero, como quién diría, la tensión la terminó asesinando. Digamos que su salud física se veía atrofiada desde ya hace varios años, de hecho, siempre ha sido propensa a enfermarse y estar decaída en cama durante semanas. Dar a luz fue un proceso largo y más doloroso de lo esperado, ya que ese día casi pierde la vida, es increíble que una criatura como ella haya sido tan débil y pobre de fortaleza. Hela murió diez años después de una dedicada vida a su niña primogénita.

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—Es aquí. ¿Recuerdas éste lugar?
—No sé para qué me trajiste aquí.
—Feliz cumpleaños, Siff.

Tomó a su hija desprevenida por completo una helada noche de Diciembre. Con tan solo una bolsa llena de ropa cargando a sus espaldas comenzó a correr para escapar de esa influencia. Moderadamente, al inicio se aseguraba de no realizar el más mínimo sonido, calló a la pequeña, que aún intentaba despertar los ojos, y cerró sigilosamente la puerta trasera. Detrás de la casa era puro bosque pasando por arriba de la cerca alambrada, Hela hizo pasar primero a la ojiazul menor para luego saltar ella, y dar inicio a esa huida memorable. Le parecía increíble tener que hacer aquello, pero hacía tanto tiempo que lo deseaba que finalmente se dio ánimos a sí misma así no extender más esa horrible manera de convivir. Media hora después ambas estaban agotadas, ninguna dictó palabra alguna, la mujer se sentó en una roca relajando los músculos de la parte inferior y guardando fuerzas para más adelante. Su hija marcó su lugar en las piernas de ella, se enrolló tal como un felino cachorro arropándose entre la calidez de su madre, su protectora. Era una noche tan fría que se veía el vaho salir de sus labios al respirar. El cielo sin estrellas daba paso a que la luz de la luna, la única disponible, diera justamente debajo de las prófugas. Quienes se quedaron dormidas casi enseguida.

—Qué desastre. No sé cómo pudiste vivir en un lugar tan lúgubre.
—Antes no era así. Él lo hizo así. Este es el peor cumpleaños de todos.
—Creí que mínimamente te alegrarías al ver la casa en dónde te criaste.
—Lindo gesto... pero no. Te equivocaste. Siempre la veo, nunca la olvidé.

Un aullido ahogado alteró repentinamente los ojos de la fémina. Un sonido tan conocido por ella como temido. No había tiempo que perder, estaba enojado, así que con su diestra sostuvo la bolsa y con la otra apoyó el pequeño cuerpo contra su pecho. Pensaba que si tomaba el camino de las flores él dejaría de seguirlas porque perdería el rastro, al fin y al cabo el olfato ajeno no era tan potente como lo presumía. Consiguió a duras penas cruzar el lago semi congelado, su vestido antes blanco se rasgaba por las ramas que sobresalían de los árboles, rezaba para que no sean hallados los restos. Por lo nervios y la adrenalina no sentía las heridas que inevitablemente le provocaba los roces con las piedras y la madera, cuando se dio cuenta ya se encontraba en la abandonada ruta. Pero un camino asfaltado al fin. Suspiró agitada y observó de reojo cómo su hija aún dormía. Se preguntó si estaría bien, pero al notar esa infinita paz en cada rasgo facial sonrío por primera vez esa noche. El camino aún era bastante extenso, sin embargo jamás abandonó su esperanza. Comenzó a caminar hacia su nuevo futuro sin prisa, qué solo la tragedia las aguardaban a ella y a la niña, aunque vigilando a cada tanto sus espaldas. Desde que se casó, nunca más pudo confiarse.

—Vámonos antes de que regrese.
—¿No quieres siquiera intentarlo?
—Ya lo hice. P-pero nunca está muy contento de verme.

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Siendo mucho menos que una menor de edad y con un padre ausente, prácticamente el resto de la crianza y aprendizaje de la pelirosa lo consiguió por su propia cuenta. El orfanato donde se hospedó los siguientes años de su pérdida maternal fue... o es, una pesadilla recurrente. Quizás esa sea la razón de su ligero aura desolado y hermético, ser una ‘niña genio’ le ha traído más problemas que amigos en su momento. Aun sabiendo que era diferente no era capaz de controlar sus apagadas y rencorosas emociones violentas cuando era atacada en todo lugar, pues se vio envuelta en incontados aprietos gracias a su mal genio. Siff se fue aislando de una sociedad compuesta, para estar ella sola. Se puede afirmar que técnicamente fue vendida a Guilty Crimson dada su raza predominante, la cual comprometía una suma considerable de ganancia para la estancia, así que contando con dieciséis años el orfanato entregó otro Pegaso a dicho lugar dedicado a esa clase de tráficos. En esos días, hasta el presente inclusive, no existen muchos ejemplares fáciles de conseguir. Mucho menos tan jóvenes.


objetos personales: Únicamente cuenta con poca ropa, y una foto de suma importancia en su caso. Es la única imagen que tiene de su madre y ella, cuando tenía cinco años.

datos extras: Su padre era de otro tipo, una escala más alta, un Gran Pegaso. Estos son más fuertes y su tamaño es mayor. Suelen ser líderes de las hordas de Pegasos y sólo pueden ser domados por los héroes más nobles. Y su madre también era del mismo nivel, aunque nunca perdió los estribos por semejante responsabilidad, al contrario del hombre. Él era violento y sembraba terror donde pisaba, por esa razón la mujer escapó con Siff para evitar que les hiciera daño. Siendo descendiente y sangre pura de los nobles corceles su precio es un poco mayor al normal, ya que ella se asemeja bastante cuando toma su majestuosa forma de animal mitológico, pero su estatura no es elevada.

Spoiler:

Spoiler:

forma legendaria:

MY LITTLE PONY FRIENDSHIP IS MAGIC ─ FLUTTERSHY.

"You can learn from anyone even your enemy"