Gabriel, the wolf {ID}
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Gabriel, the wolf {ID}
• Apodo: Gabe.
• Nombre: Gabriel.
• Edad: Veintitrés años.
• Raza: Lobo / Okami.
• Sexo: Masculino.
• Tendencia sexual: Pansexual.
Descripción Física:
A pesar de tener sus veinte años cumplidos, Gabriel no los aparenta para nada. Quizás se deba a su raza canina, pero en realidad no importa. Tiene una estatura aproximada de un metro setenta y cinco centímetros, con un peso de cincuenta y ocho kilogramos. Es de complexión claramente delgada, pero resulta ser bastante fuerte a pesar de todo. Sus extremidades son largas y, a pesar de carecer de músculos, son capaces de correr largas distancias o levantar objetos pesados. Esto se debe más que nada a su raza, pero no es algo que diga; prefiere quedarse con el hecho de que es ‘increíble a pesar de ser tan escuálido’.
Su cabello es bastante corto, de color entre rubio y café, de una textura suave pero a la vez rasposa, parecido al pelo de un lobo, obviamente. No hace mucho esfuerzo por cuidarlo, si es sincero, porque tampoco le importa mucho. Su piel es de un tono bastante claro, lechoso, y es bastante suave, como si Gabriel se tomará el tiempo para cuidarla, cuando obviamente no es así. Sus facciones son masculinas, su nariz es respingada y pequeña, y sus labios poseen una tonalidad rosada, casi como su piel, además de ser bastante carnosos. Sus dientes, sobre todo los colmillos, son lo suficientemente afilados como para poder rasgas la carne que come, aún en su forma humana. Sus ojos son afilados, dándole una mirada agresiva. Tienen un color ámbar bastante agradable a la vista, pero el ojo izquierdo lo lleva tapado con un parche negro, pues no puede ver por ese. Lleva gafas de montura azul, debido a que también carece de un poco de visibilidad en su otro ojo.
Su forma animal es la de un hermoso lobo adulto, de pelaje amarillento y ojos ámbar. Al igual que en su forma humana, no ve muy bien, pero se vale por si mismo gracias a su gran oído y olfato.
Descripción Psicológica:
Gabriel se hace notar a leguas por su personalidad altiva y fácilmente irritable. Aunque se deje ver como alguien amable y paciente, en realidad no lo es, para nada. Es demandante y sumamente caprichoso, siendo que las cosas deben hacerse como el quiere, o no hacerse para nada. No suele ponerse en el lugar de los demás ni en lo más mínimo, no porque no pueda, si no porque en realidad no le interesa. Se enfada con más facilidad que las personas normales, y a menudo tiende a actuar para él solo, pensando en si se beneficiará o no. Sarcástico, con un humor que nadie más que él entendería. Gabriel es alguien totalmente seguro de si mismo, él nunca bajaría la cabeza ante nadie, solo porque resulta muy orgulloso.
Aún así, él es totalmente conciente y fiel a las jerarquías, además de que una vez que alguien se gana su respeto, se comporta de forma más madura, más acorde a su edad. No le molesta rendirle cuentas a quién se haga respetar ante él, pero nunca aceptará órdenes de la gente que consideré inferior. Una vez que alguien se hace su ‘amigo’, Gabriel resulta más amigable que antes, no deja de ser orgulloso, pero si considerablemente menos. Se vuelve atento, y sobre protector. Al ser un lobo muy territorial, es bastante celoso con sus amigos, y no le gusta que otros se acerquen a ellos. Ahora, no conviene ser su enemigo, o siquiera alguien que le caiga mal, porque puede hacer de todo para volverle la vida imposible a esa persona. No le importa en lo más mínimo quienes salgan heridos, a menos que sean amigos suyos. No le cuesta absolutamente nada buscar todas las formas posibles de dañar a esa persona que le haya afectado, tanto a él como a sus conocidos.
Pasando ya al ámbito amoroso, ¿cómo describirlo? No se vuelve un perro faldero, pero si reduce muchísimo su agresividad natural. Se transforma en alguien complaciente, menos caprichoso y hasta cariñoso, con un altísimo grado de fidelidad, propio de su raza.
Gustos:
• La carne, cocida o cruda. Le gusta mucho desgarrarla con los dientes.
• Cazar pequeños animales, tales como pájaros o roedores. Le divierte perseguirlos.
• Estirarse después de dormir.
• Los climas templados. Ni muy fríos, ni muy calurosos.
• Nadar, sobre todo cuando hace mucho calor.
• Ser consentido.
• Los aromas suaves. Su sentido del olfato no los tolera si son muy fuertes.
• Los baños de agua caliente y espumosa.
• Cazar en manada. Está en su naturaleza.
• Dormir en lugares mullidos, o por lo menos donde haya sombra.
Odios:
• Comidas sintéticas, de esas que les dan a los perros. Le asquean.
• Otros lobos, es muy receloso con ellos.
• Los animales más grandes que él.
• Razas como demonios o parecidos, le hacen estremecerse.
• Humanos, los considera inferiores. A menos, claro, que lo alimenten.
• Estar encerrado, o atado. Eso es de perros falderos.
• No poder ver bien. Le molesta, aunque pueda oler y escuchar perfectamente.
• Ser tratado como si fuera uno de sus primos lejanos.
• Que no cumplan con sus caprichos y/o expectativas.
Historia:
Apenas Gabriel nació, su verdadero nombre era Leryah, y pertenecía a una manada de lobos dónde sus ‘padres’ estaban en la parte más baja de la jerarquía. Esa razón era suficiente para ser apartados del resto de la manada. Él creció más fuerte que sus demás hermanos, y pronto, cuando llegó a la edad en la que era capaz de valerse totalmente por si mismo, fue expulsado de la manada por intentar desafiar al alfa. Eso no le importo, en realidad le daba igual, de no ser porque cazar solo se dificultaba. Cuando quiso darse cuenta, estaba más delgado y débil, y habría muerto de no ser por un cazador que lo llevó con él. Los primeros roces de aquel par fueron bastante complicados, resultando en desastre. Cada vez que el hombre intentaba acercarse, el lobo lo mordía con todo lo que podía, pues estaba en sus venas salvajes. Aún así, conforme pasaban los meses, la relación se hizo más estrecha, sobre todo cuando Gabriel comenzó a notar que el humano no quería dañarle. Entonces, cuando el hombre se gano su total confianza, Gabriel resultó ser el compañero más fiel; como era lógico, él tenía sus perros de caza, pero su preferido siempre había sido el lobo, pues su sentido del olfato y su capacidad para cazar estaban más desarrollados. Siempre que podía sacarlo a él, lo hacía, y Gabriel se manejaba muy bien en el bosque, junto con los otros perros.
Sin embargo, a pesar de la estrecha relación que el hombre y él tenían, las cosas no resultaron perfectas el año siguiente. El cazador decidió que la vida sería mejor en la ciudad, y abandono su casita de campo sin dejar previo aviso. Liberó a sus perros para que se fueran, para que hicieran lo que querían, y solo se largó. Gabriel se quedó durante unos cuatro meses, pero cuando el hambre empezó a hacer mella en él, intentó abandonar la casa igual que su ‘amo’. Enorme fue su sorpresa al ver que había gente ahí, fuera, esperando. Se cuestionó porque, pero claro, su mente confiaba ahora en los humanos, y solo se acercó a ellos. De la misma forma que llegaron, se fueron, llevándose al cachorro con ellos. Pese a que no lo trataban igual que el cazador, si eran buenos con ellos. O al menos lo fueron en un principio.
Después de que se ganaron la confianza del lobo al que había apodado Gabe, comenzaron a experimentar todo tipo de cosas con él. Eso causo, después de varios meses, una ceguera permanente en su ojo izquierdo, aunque ellos no entendían porque no en ambos. Al final, terminaron inyectándole ADN humano al cachorro de lobo, trasformándole en aquel híbrido. Claro, ellos no veían la gravedad del asunto. Cuando pudo, escapó y se internó en un sitio llamado ‘Wild Love’, dónde pasaba más que desapercibido, a la espera de que ninguno de aquellos científicos lo encuentre de nuevo.
Objetos personales:
• Un collar de oro con una gema roja. Tiene forma de ataúd, y no recuerda bien de dónde lo saco.
• Su parche. Se lo robo a un lobo que creía inferior a él cuando entró a la tienda.
Datos extras:
• No anhela su vida en el bosque, con su manada, pero si la que tenía junto con el cazador. No extraña al hombre, si no todo el entorno en el que vivía.
• Le gusta salirse de la tienda a pasear o perseguir cosas, pero siempre está cuidando sus espaldas más de lo debido.
• No es muy amigo de la gente en la tienda. No es que se lleve mal, solo no confía en ellos.
Imágenes:
Procedencia: Diabolik Lovers.
Nombre real: Tsukinami Shin.
• Nombre: Gabriel.
• Edad: Veintitrés años.
• Raza: Lobo / Okami.
• Sexo: Masculino.
• Tendencia sexual: Pansexual.
Descripción Física:
A pesar de tener sus veinte años cumplidos, Gabriel no los aparenta para nada. Quizás se deba a su raza canina, pero en realidad no importa. Tiene una estatura aproximada de un metro setenta y cinco centímetros, con un peso de cincuenta y ocho kilogramos. Es de complexión claramente delgada, pero resulta ser bastante fuerte a pesar de todo. Sus extremidades son largas y, a pesar de carecer de músculos, son capaces de correr largas distancias o levantar objetos pesados. Esto se debe más que nada a su raza, pero no es algo que diga; prefiere quedarse con el hecho de que es ‘increíble a pesar de ser tan escuálido’.
Su cabello es bastante corto, de color entre rubio y café, de una textura suave pero a la vez rasposa, parecido al pelo de un lobo, obviamente. No hace mucho esfuerzo por cuidarlo, si es sincero, porque tampoco le importa mucho. Su piel es de un tono bastante claro, lechoso, y es bastante suave, como si Gabriel se tomará el tiempo para cuidarla, cuando obviamente no es así. Sus facciones son masculinas, su nariz es respingada y pequeña, y sus labios poseen una tonalidad rosada, casi como su piel, además de ser bastante carnosos. Sus dientes, sobre todo los colmillos, son lo suficientemente afilados como para poder rasgas la carne que come, aún en su forma humana. Sus ojos son afilados, dándole una mirada agresiva. Tienen un color ámbar bastante agradable a la vista, pero el ojo izquierdo lo lleva tapado con un parche negro, pues no puede ver por ese. Lleva gafas de montura azul, debido a que también carece de un poco de visibilidad en su otro ojo.
Su forma animal es la de un hermoso lobo adulto, de pelaje amarillento y ojos ámbar. Al igual que en su forma humana, no ve muy bien, pero se vale por si mismo gracias a su gran oído y olfato.
Descripción Psicológica:
Gabriel se hace notar a leguas por su personalidad altiva y fácilmente irritable. Aunque se deje ver como alguien amable y paciente, en realidad no lo es, para nada. Es demandante y sumamente caprichoso, siendo que las cosas deben hacerse como el quiere, o no hacerse para nada. No suele ponerse en el lugar de los demás ni en lo más mínimo, no porque no pueda, si no porque en realidad no le interesa. Se enfada con más facilidad que las personas normales, y a menudo tiende a actuar para él solo, pensando en si se beneficiará o no. Sarcástico, con un humor que nadie más que él entendería. Gabriel es alguien totalmente seguro de si mismo, él nunca bajaría la cabeza ante nadie, solo porque resulta muy orgulloso.
Aún así, él es totalmente conciente y fiel a las jerarquías, además de que una vez que alguien se gana su respeto, se comporta de forma más madura, más acorde a su edad. No le molesta rendirle cuentas a quién se haga respetar ante él, pero nunca aceptará órdenes de la gente que consideré inferior. Una vez que alguien se hace su ‘amigo’, Gabriel resulta más amigable que antes, no deja de ser orgulloso, pero si considerablemente menos. Se vuelve atento, y sobre protector. Al ser un lobo muy territorial, es bastante celoso con sus amigos, y no le gusta que otros se acerquen a ellos. Ahora, no conviene ser su enemigo, o siquiera alguien que le caiga mal, porque puede hacer de todo para volverle la vida imposible a esa persona. No le importa en lo más mínimo quienes salgan heridos, a menos que sean amigos suyos. No le cuesta absolutamente nada buscar todas las formas posibles de dañar a esa persona que le haya afectado, tanto a él como a sus conocidos.
Pasando ya al ámbito amoroso, ¿cómo describirlo? No se vuelve un perro faldero, pero si reduce muchísimo su agresividad natural. Se transforma en alguien complaciente, menos caprichoso y hasta cariñoso, con un altísimo grado de fidelidad, propio de su raza.
Gustos:
• La carne, cocida o cruda. Le gusta mucho desgarrarla con los dientes.
• Cazar pequeños animales, tales como pájaros o roedores. Le divierte perseguirlos.
• Estirarse después de dormir.
• Los climas templados. Ni muy fríos, ni muy calurosos.
• Nadar, sobre todo cuando hace mucho calor.
• Ser consentido.
• Los aromas suaves. Su sentido del olfato no los tolera si son muy fuertes.
• Los baños de agua caliente y espumosa.
• Cazar en manada. Está en su naturaleza.
• Dormir en lugares mullidos, o por lo menos donde haya sombra.
Odios:
• Comidas sintéticas, de esas que les dan a los perros. Le asquean.
• Otros lobos, es muy receloso con ellos.
• Los animales más grandes que él.
• Razas como demonios o parecidos, le hacen estremecerse.
• Humanos, los considera inferiores. A menos, claro, que lo alimenten.
• Estar encerrado, o atado. Eso es de perros falderos.
• No poder ver bien. Le molesta, aunque pueda oler y escuchar perfectamente.
• Ser tratado como si fuera uno de sus primos lejanos.
• Que no cumplan con sus caprichos y/o expectativas.
Historia:
Apenas Gabriel nació, su verdadero nombre era Leryah, y pertenecía a una manada de lobos dónde sus ‘padres’ estaban en la parte más baja de la jerarquía. Esa razón era suficiente para ser apartados del resto de la manada. Él creció más fuerte que sus demás hermanos, y pronto, cuando llegó a la edad en la que era capaz de valerse totalmente por si mismo, fue expulsado de la manada por intentar desafiar al alfa. Eso no le importo, en realidad le daba igual, de no ser porque cazar solo se dificultaba. Cuando quiso darse cuenta, estaba más delgado y débil, y habría muerto de no ser por un cazador que lo llevó con él. Los primeros roces de aquel par fueron bastante complicados, resultando en desastre. Cada vez que el hombre intentaba acercarse, el lobo lo mordía con todo lo que podía, pues estaba en sus venas salvajes. Aún así, conforme pasaban los meses, la relación se hizo más estrecha, sobre todo cuando Gabriel comenzó a notar que el humano no quería dañarle. Entonces, cuando el hombre se gano su total confianza, Gabriel resultó ser el compañero más fiel; como era lógico, él tenía sus perros de caza, pero su preferido siempre había sido el lobo, pues su sentido del olfato y su capacidad para cazar estaban más desarrollados. Siempre que podía sacarlo a él, lo hacía, y Gabriel se manejaba muy bien en el bosque, junto con los otros perros.
Sin embargo, a pesar de la estrecha relación que el hombre y él tenían, las cosas no resultaron perfectas el año siguiente. El cazador decidió que la vida sería mejor en la ciudad, y abandono su casita de campo sin dejar previo aviso. Liberó a sus perros para que se fueran, para que hicieran lo que querían, y solo se largó. Gabriel se quedó durante unos cuatro meses, pero cuando el hambre empezó a hacer mella en él, intentó abandonar la casa igual que su ‘amo’. Enorme fue su sorpresa al ver que había gente ahí, fuera, esperando. Se cuestionó porque, pero claro, su mente confiaba ahora en los humanos, y solo se acercó a ellos. De la misma forma que llegaron, se fueron, llevándose al cachorro con ellos. Pese a que no lo trataban igual que el cazador, si eran buenos con ellos. O al menos lo fueron en un principio.
Después de que se ganaron la confianza del lobo al que había apodado Gabe, comenzaron a experimentar todo tipo de cosas con él. Eso causo, después de varios meses, una ceguera permanente en su ojo izquierdo, aunque ellos no entendían porque no en ambos. Al final, terminaron inyectándole ADN humano al cachorro de lobo, trasformándole en aquel híbrido. Claro, ellos no veían la gravedad del asunto. Cuando pudo, escapó y se internó en un sitio llamado ‘Wild Love’, dónde pasaba más que desapercibido, a la espera de que ninguno de aquellos científicos lo encuentre de nuevo.
Objetos personales:
• Un collar de oro con una gema roja. Tiene forma de ataúd, y no recuerda bien de dónde lo saco.
• Su parche. Se lo robo a un lobo que creía inferior a él cuando entró a la tienda.
Datos extras:
• No anhela su vida en el bosque, con su manada, pero si la que tenía junto con el cazador. No extraña al hombre, si no todo el entorno en el que vivía.
• Le gusta salirse de la tienda a pasear o perseguir cosas, pero siempre está cuidando sus espaldas más de lo debido.
• No es muy amigo de la gente en la tienda. No es que se lleve mal, solo no confía en ellos.
Imágenes:
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Procedencia: Diabolik Lovers.
Nombre real: Tsukinami Shin.
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